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Sistemas del cuerpo humano

Sistemas del cuerpo humano

Sistemas del cuerpo humano

¿Cuáles son los Sistemas del Cuerpo Humano?

El cuerpo humano está formado por varios sistemas de órganos que trabajan juntos como una sola unidad. En la pirámide de la vida que organiza todos los elementos de la vida en categorías, los sistemas de órganos están anidados entre un organismo y sus órganos. Los sistemas de órganos son los grupos de órganos que se encuentran dentro de un organismo.

A continuación, se enumeran los principales sistemas de órganos del cuerpo humano junto con los principales órganos o estructuras asociados con cada sistema. Cada sistema depende de los demás, ya sea directa o indirectamente, para mantener el funcionamiento normal del cuerpo.

Sistema Tegumentario

El sistema tegumentario está formado por la piel, sus estructuras accesorias como el cabello y las glándulas sudoríparas, y el tejido subcutáneo debajo de esa está hecha de varios tipos de tejido diferentes y se considera un órgano. Debido a que la piel cubre la superficie del cuerpo, una de sus funciones es evidente: separa el ambiente interno del cuerpo del ambiente externo e impide la entrada de muchas sustancias nocivas. El tejido subcutáneo directamente debajo de la piel se conecta a los músculos y tiene otras funciones también.

Sistema Óseo

Imagina por un momento que la gente no tuviera esqueletos ¿Qué te viene a la mente? Probablemente que cada uno de seríamos un pequeño montón en el suelo, como una medusa fuera del agua. Tal imagen es exacta y refleja la función más obvia del esqueleto: apoyar el cuerpo. Aunque es un marco para el cuerpo, el esqueleto no se parece en nada a las vigas de madera que sostienen una casa. Los huesos son órganos vivos que contribuir activamente al mantenimiento del sistema interno entorno del cuerpo. El sistema esquelético está formado por huesos y otras estructuras que forman las articulaciones del esqueleto. Los tipos de tejido presentes son tejido óseo, cartílago y tejido conectivo fibroso, que forma los ligamentos que conectan hueso con hueso.

Sistema Linfático

El sistema linfático también es muy importante para proteger el cuerpo humano de posibles microorganismos invasores. Está formado por una red de órganos, ganglios linfáticos, conductos y vasos linfáticos. Su función es drenar el exceso de líquido tisular o linfa que se acumula en los compartimentos intercelulares, filtrarlo valiéndose de los ganglios linfáticos y exponerlo a los glóbulos blancos del sistema inmune, para devolver a continuación ese líquido a la sangre, algo que resulta fundamental para luchar contra posibles infecciones. 

Sistema Respiratorio

El sistema respiratorio está compuesto por la fosa o cavidad nasal y la faringe, que conforman el tracto respiratorio superior, y por la laringe, la tráquea, los bronquios, bronquiolos y pulmones o alvéolos, partes del tracto respiratorio inferior.

Exceptuando los alvéolos, la función de estos órganos es conducir el aire hacia los pulmones, valiéndose para ello de los músculos intercostales y del diafragma. 

Tras llegar a los pulmones, el aire pasa a los alvéolos, donde se realiza el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Es decir, el dióxido se extrae y el oxígeno ingresa a la sangre. Esta es la función más importante del sistema respiratorio.

No obstante, el sistema respiratorio tiene otras funciones, como la emisión de sonidos que se produce gracias a las cuerdas vocales, ubicadas en la laringe, a través del aire que entra por la nariz y por la faringe. También los estornudos y la tos se producen gracias al aparato respiratorio, algo importante si tenemos en cuenta que estos mecanismos nos ayudan a defendernos de partículas extrañas que pueden acceder a nuestras fosas nasales.

Sistema Circulatorio

También se le conoce como el sistema vascular y lo componen el corazón y las arterias, venas y capilares. Su función principal es interconectar el resto de sistemas mediante el bombeo de la sangre, manteniendo así con vida y en funcionamiento todos los órganos del cuerpo. Para ello el sistema circulatorio desplaza por el organismo la sangre, el oxígeno, los nutrientes y las hormonas, y elimina el dióxido de carbono y otros desechos metabólicos.

El desplazamiento de la sangre se realiza a través de tres circuitos distintos: por un lado, el pulmonar, que desplaza la sangre desde el corazón hasta los pulmones. Por otro, la circulación coronaria, que se encarga de llevarla a los músculos del corazón. Por último, la circulación sistémica, que desplaza la sangre al resto del cuerpo.

Sistema Inmunológico

También se le llama sistema inmunitario y lo componen los anticuerpos, los leucocitos y los linfocitos, así como por las células, tejidos y órganos que se encuentran por todo el organismo y que se pueden dividir entre primarios y secundarios.  En el primer grupo encontramos la médula ósea y el timo, cuya función es que los linfocitos maduren, mientras que los secundarios son los ganglios linfáticos, que ya hemos citado previamente, y el bazo. En ellos son las células las que maduran con el fin de combatir y eliminar aquellos  organismos que representan una amenaza para el cuerpo. 

En definitiva, la función de este sistema es la de proteger al cuerpo de posibles infecciones, siendo necesario en algunas ocasiones que para ello se provoque fiebre o inflamación.

Sistema Muscular

Es el sistema que da forma al cuerpo y gracias al cual nos podemos mover. Los músculos representan el 40% del cuerpo humano y se dividen en tres tipos: liso, cardíaco y esquelético. 

El liso es aquel que se ubica en el interior de las paredes de los vasos sanguíneos y de los órganos huecos, como pueden ser el intestino grueso y delgado o el estómago. El cardíaco es aquel que conforma el músculo del corazón y es conocido también como miocardio. Por último, el esquelético representa aquellos músculos que se fijan a los huesos. Solo estos últimos pueden ser controlados de forma consciente, mientras que el resto los controla el sistema nervioso autónomo. 

Por lo tanto, además de lo ya citado el sistema muscular ayuda a que la sangre se desplace y apoya a otros sistemas como el vascular o el digestivo. También sirve para proteger los órganos vitales y mantener la estabilidad y la postura.

Sistema Endocrino

El sistema endocrino está compuesto por diversos órganos que se pueden encontrar por todo el cuerpo y que se dedican a producir hormonas y que se conocen como glándulas endocrinas: la hipófisis, la tiroides, el timo, el páncreas y las glándulas suprarrenales. Las hormonas que se generan en esos órganos se liberan después en el torrente sanguíneo con el objetivo de regular algunas funciones concretas del cuerpo como el metabolismo, el ciclo menstrual, la función sexual o el crecimiento.

Sistema Urinario

El sistema urinario es el que se encarga de drenar el cuerpo a través de los órganos que producen y expulsan la orina: los riñones con sus respectivos uréteres, la vejiga urinaria y la uretra. Algunas de sus funciones consisten en suprimir desechos corporales, regular el volumen sanguíneo y de la presión arterial y los niveles de electrolitos y de pH en sangre. 

El proceso del sistema urinario comienza en los riñones, que cuentan con un gran suministro sanguíneo gracias a la arteria renal. Dentro de los riñones encontramos las nefronas, que se encargan de filtrar la sangre, lo que produce la orina primaria. Esta pasa después por varios túbulos y conductos colectores que realizan un ultrafiltrado final, produciendo la orina, que entra en los uréteres para llegar después a la vejiga. Allí se almacena hasta que se expulsa a través de la micción.

Sistema Locomotor

El sistema locomotor está integrado por el sistema óseo y el muscular, desarrollados anteriormente. Por lo tanto, lo componen los huesos, músculos, ligamentos, tendones y articulaciones, cuya función es conectar las distintas partes del cuerpo y permitir su movimiento y desplazamiento.

 

 

El sistema reproductor está integrado por órganos sexuales internos y externos, cuya función es realizar el proceso de reproducción. Al contrario que la mayoría de sistemas, en este caso encontramos diferencias significativas entre el sexo masculino y el femenino.

Aparato Reproductor Masculino

Los órganos sexuales masculinos se pueden dividir en tres grupos. Por un lado, los que se dedican a la producción del esperma y a su almacenamiento, es decir, los testículos y los epidídimos. El segundo grupo está formado por aquellos órganos que producen el líquido eyaculatorio, los conductos deferentes y las glándulas accesorias, es decir, las vesículas seminales y la próstata. Para terminar encontramos el grupo responsable de la copulación y de la deposición del esperma, como son el pene, la uretra y los conductos deferentes.

Respecto a la división entre externos e internos, en la primera categoría se agrupan los testículos y el pene, y en la segunda los epidídimos, los conductos deferentes y las glándulas accesorias.

Aparato Reproductor Femenino

El genital u órgano sexual femenino externo es la vulva, que incluye los labios, el clítoris y el orificio vaginal, y que se encarga de proteger el sistema reproductor femenino. Además, es el punto de entrada a la vagina y al útero, y aporta la temperatura y la humedad necesaria para que las funciones sexuales y reproductivas se desarrollen de forma adecuada. También cumplen una importante función en lo que a excitación y orgasmos se refiere.

Por su parte, los órganos sexuales femeninos internos son los ovarios, las trompas uterinas o de falopio, el útero y la vagina. Esta última actúa como canal de conexión entre la parte exterior del organismo y el cérvix o el cuello uterino. Respecto a los ovarios, estos se encargan de segregar y producir los óvulos que se transportarán hacia el útero a través de las trompas de falopio. Una vez en el útero, este órgano dará protección y nutrición al embrión o feto, mientras que también se encargará de eliminar los desechos.