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El esqueleto de un humano adulto está compuesto por 206 huesos (el de un recién nacido puede tener hasta 100 más) de los cuales 22 se encuentran en la estructura ósea de la cabeza, 64 en la cintura escapular y miembros superiores, 26 en la columna vertebral, 25 en la caja torácica y 62 en la cintura pelviana y miembros inferiores. Además está el hueso hioides, que se localiza en la parte anterior del cuello, encima del cartílago tiroides y debajo de la lengua. Cabe destacar que cada uno de los huesos del cuerpo humano son considerados un órgano por sí mismos.
No obstante, el esqueleto no solo se conforma de huesos, sino que también encontramos aquí las articulaciones, que unen los huesos, además de ligamentos y cartílagos.
Estructura de los huesos
Los huesos están compuestos de tejido óseo y tejido cartilaginoso y se dividen en tres partes: diáfisis (la parte central del cuerpo del hueso), epífisis (los extremos en los casos de huesos largos) y metáfisis (la parte intermedia del hueso). Además, están compuestos por:
- Tejido óseo: es el componente más importante del hueso. La mayoría del tejido óseo, prácticamente el 70%, está compuesto por hidroxiapatita, una sustancia extracelular resistente que segregan los propios huesos, valiéndose para ello del calcio y del fósforo que almacenan. El resto del tejido óseo se compone de colágeno, en un 30%, y de células óseas, es decir, por los osteoblastos, las células madre y los osteocitos, en un 2%.
- Cavidad medular: es la parte ‘vacía’ del hueso, donde está la médula ósea. Normalmente se localiza en la diáfisis.
- Endostio: es una membrana fina compuesta por tejido conjuntivo. Su función es tapizar la parte interna de la cavidad medular de los huesos largos.
- Arteria nutricia. Son las arterias que hacen llegar sangre a la médula ósea de cualquier hueso largo.
- Periostio: es una membrana de tejido conjuntivo que se adhiere a la parte exterior de los huesos y cuya función es que estos se nutran y se regeneren.
Funciones de los huesos
El sistema esquelético sirve para sostener los tejidos blandos, proteger los órganos internos, realizar movimientos corporales, almacenar calcio, fósforo y triglicéridos, producir glóbulos rojos, blancos y plaquetas, etc.
Los huesos se clasifican en base a su forma, por lo que pueden ser largos, cortos, planos e irregulares.
- Huesos largos. Son huesos más largos que anchos cuya función es soportar el peso del cuerpo, además de facilitar el movimiento del mismo. En esta categoría encontramos huesos como el fémur, que es el más largo del cuerpo, la tibia, el peroné, los metatarsianos, las falanges (todos ellos ubicados en la parte inferior del cuerpo), así como el húmero, el radio, el cúbito, los metacarpianos y las falanges (tronco superior). Los huesos largos albergan la médula roja y la amarilla.
- Huesos cortos. Son aquellos cuya longitud y anchura es muy similar. Se pueden encontrar en las articulaciones de la muñeca y del tobillo, y su función es dotar al cuerpo de estabilidad, si bien también facilitan algunos movimientos. En la muñeca están, entre otros, el escafoides, el piramidal, el hueso ganchoso, el semilunar, el grande, el trapezoide, el trapecio y el pisiforme, mientras que en los tobillos destacan el calcáneo, astrágalo, navicular, cuboides, cuneiforme lateral, cuneiforme intermedio y cuneiforme medial.
- Huesos planos. Suelen ser aplanados y su función principal es la de proteger algunos órganos como el corazón, el encéfalo o los órganos pelvianos, además de servir de unión entre músculos.. Podemos encontrar este tipo de huesos en la estructura ósea de la cabeza (los huesos parietal, frontal, nasal, lagrimal y occipital, entre otros), así como en la caja torácica (donde se encuentran el esternón y las costillas) y en la pelvis (ilion, pubis e isquion).
- Huesos irregulares. La forma de este tipo de huesos puede ser muy variada, y su función suele ser proteger órganos. Por ejemplo, las vértebras protegen la médula espinal.
- Los huesos sesamoideos. Existe un quinto grupo de huesos denominado sesamoideos, en el que se incluyen aquellos huesos que se encuentran en el interior de los cartílagos y tendones. Suelen ser redondos y se encuentran principalmente en los tendones de las manos, rodillas y pies. Su función es protegerlos del estrés y el deterioro. El ejemplo más representativo de este grupo es la rótula.
Los huesos más importantes del cuerpo humano
La columna vertebral
La columna vertebral se encarga de que el cuerpo esté erguido y permite que este se pueda girar y doblar. Otra labor muy importante es la protección de médula espinal. La columna vertebral está compuesta por 26 huesos denominados vértebras.
En primer lugar hay siete vértebras superiores, denominadas cervicales. Se localizan en la parte trasera del cuello, debajo del cerebro, y se encargan de sujetar la cabeza. Las doce vértebras dorsales se encuentran debajo de las cervicales, y su función es anclar las costillas. Debajo encontramos las vértebras lumbares, cinco en concreto, y después el sacro, conformado por cinco vértebras. En la parte más baja de la espalda encontramos, por último, el coxis, que está formado por cuatro vértebras fusionadas y que junto al resto de vértebras bajas se encargan de mantener el peso y dotar al cuerpo de un buen centro de gravedad.
Las costillas
Las costillas cumplen un papel muy importante, ya que se encargan de proteger órganos vitales como el corazón, los pulmones y el hígado. El cuerpo humano cuenta normalmente con doce pares de costillas, cuya unión tiene lugar en la parte trasera del cuerpo, en la columna vertebral. Además, los siete primeros pares de costillas encuentran se unen en la parte delantera del cuerpo a través del esternón, mientras que los tres siguientes se unen a las superiores a través del cartílago. Por último, existen dos pares de costillas denominadas flotantes, dado que no se encuentran conectadas ni al esternón ni a las superiores.
El cráneo
El cráneo se encarga de proteger el cerebro y se compone de diferentes huesos, incluídos los que pertenecen a la estructura de la cara. En el cráneo encontramos asimismo el estribo, que es el hueso más pequeño del cuerpo, puesto que mide apenas 3,3mm, y que se encuentra tras el tímpano.
Los huesos de los brazos y manos
Los brazos están formados por el húmero, el radio y el cúbito. El primero se encuentra encima del codo, y los otros dos debajo. Son huesos cuyos extremos son más anchos que la parte central. Además, los brazos se unen con el resto del cuerpo a través de las escápulas u omoplatos, unos huesos de gran tamaño y forma triangular que se encuentran en la esquinas superiores y posteriores de la caja torácica, mientras que entre el brazo y la mano encontramos ocho huesos de tamaño pequeño que conforman la muñeca.
Respecto a la mano, esta está compuesta por cinco huesos en su parte central, mientras que cada dedo tiene tres huesos (a excepción del pulgar, que solo tiene dos).
Los huesos de las piernas y los pies
Los huesos de las piernas son de gran tamaño y también son muy fuertes, ya que su función es sostener el peso del cuerpo. El hueso que va desde la pelvis hasta la rodilla es el fémur, el hueso más largo de todo el cuerpo. En la rodilla encontramos la rótula, que tiene forma triangular y se encarga de la protección de la articulación. Debajo se localizan la tibia y el peroné. También todos estos huesos son más anchos en los extremos que en la parte media.
Por su parte, los tobillos sirven para conectar la tibia y el peroné con el astrágalo, que es el hueso más grande del pie, pero no el único, ya que en esta zona se encuentran otros seis huesos. Respecto a los dedos de los pies, son como los de las manos, ya que encontramos tres huesos en cada uno de ellos, exceptuando el pulgar que solo tiene dos. Estos huesos ayudan a que podamos estar de pie y andar.
La pelvis
Se trata de un grupo circular de huesos, integrado por los huesos grandes de la cadera en la parte delantera, y por el sacro y el coxis en la trasera. Su función es proteger el sistema digestivo, el urinario y el reproductor.