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¿Qué es el tronco encefálico?
El tronco encefálico, también denominado tallo cerebral, es la región elemental del encéfalo y una de las más importantes de todo el cerebro. Está ubicado en la zona más baja del encéfalo, en contacto directo con la médula espinal, y posee una forma de cilindro o cono alargado que le da nombre.
Función del tronco encefálico
Su función principal es unir el encéfalo con el resto del sistema nervioso central, haciendo posible la comunicación entre el cerebro, el cerebelo y la médula espinal.
El interior del tallo encefálico está formado por sustancia blanca y gris, lo que significa que sus funciones están relacionadas tanto con la transmisión de información como con su procesamiento.
Composición del tronco encefálico
La principal diferencia entre ambas sustancias es que la materia blanca posee fibras nerviosas cubiertas de mielina, una estructura que permite trasladar rápidamente los impulsos nerviosos y coordinar la comunicación entre las diferentes regiones del cerebro. La materia gris, por su parte, carece de mielina, por lo que su labor está más vinculada al procesamiento de información, dando lugar al conocimiento y al razonamiento.
Porciones del tronco encefálico
Además, el tronco encefálico está compuesto por tres porciones: el mesencéfalo, el puente troncoencefálico o de Varolio y el bulbo raquídeo. Cada una de ellas posee su propia estructura y labor, aunque las tres intervienen en funciones básicas para la supervivencia del organismo como la respiración, la regulación del ritmo cardiaco o de la presión sanguínea, así como de otras menos relevantes pero igual de ancestrales como el control del hipo, la tos, el estornudo, la deglución o el vómito.
Además, el tronco encefálico también es la zona en la que se albergan los núcleos de los pares de nervios craneales.
Mesencéfalo
El mesencéfalo es el segmento más corto y ancho de los tres, y el que se ubica en la posición más alta, por lo que conecta el tronco encefálico con el cerebelo y el diencéfalo.
Además de participar, junto al puente y al bulbo raquídeo, en las funciones más primitivas del ser humano, como la regulación del sueño o de la temperatura corporal, también juega un papel clave en la capacidad de reaccionar a estímulos visuales o auditivos a través de reflejos, así como en el control sobre la risa y el llanto.
Los dos componentes básicos del mesencéfalo se denominan techo (tectum en latín) y tegmento (tegmentum). El techo, a su vez, está integrado por dos colículos superiores, involucrado en los reflejos oculares, y dos inferiores, encargados de detectar y analizar los estímulos auditivos.
El tegmento, por su parte, se sitúa en la base del mesencéfalo y es el punto de origen de las células dopaminérgicas, es decir, aquellas que están relacionadas con la actividad de la dopamina. Por tanto, el tegmento participa de forma activa en el sistema de recompensas del cerebro, vinculado a estados emocionales como la motivación, el placer sexual o las adicciones.
Puente troncoencefálico
El puente troncoencefálico, o puente de Varolio, está situado entre el mesencéfalo y el bulbo raquídeo. Por su anatomía, más grande y abultada, forma una especie de protuberancia en el tallo. A través de él, cruzan las fibras nerviosas que parten desde el cerebelo y la médula espinal o que se dirigen hacia ellos.
Además, en su interior también se encuentran los núcleos de varios pares craneales, como son el nervio trigémino (V), abducens (VI), facial (VII) y la porción vestibular del vestibulococlear (VIII). Esta parte del tallo participa en el control de la respiración, en la transición entre las fases del sueño y en la regulación de la consciencia.
Bulbo raquídeo
Por último, la zona más baja del tronco es el bulbo raquídeo o médula oblongada. Presenta una forma de embudo y está en contacto directo con la médula espinal, que la conecta con el sistema nervioso central. Además, es en el bulbo raquídeo donde también se enlazan los dos hemisferios del cerebro.
También contiene fibras nerviosas sensitivas ascendentes y motoras descendentes, así como la gran mayoría de núcleos de los pares craneales. Por esta razón, interviene en numerosas funciones automatizadas del cuerpo humano, como el control respiratorio, cardiovascular, la coordinación de las funciones autónomas y de los movimientos corporales, o la transmisión de información sensorial.
Debido a su fundamental importancia en el organismo, los problemas relativos al tronco encefálico o en alguna de sus partes puede conllevar diferentes dificultades serias, incluso la muerte.
Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre el tronco encefálico.