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¿Qué tipos de cráneo hay?
Las cabezas humanas presentan diferentes formas y tamaños. El estudio de los de los distintos tipos de cráneos por diversas ramas de la ciencia dio como resultado posibles clasificaciones.
En la actualidad los cráneos humanos se pueden catalogar según la evolución, la raza o ubicación geográfica y la formación genética.
Clasificación según el paso del tiempo
En los últimos tres millones de años, los cráneos han cambiado notablemente. El cráneo del australopithecus, el primer homínido bípedo, era más pequeño que poseen actualmente los seres humanos.
No obstante, se trataba de un cráneo relativamente grande en relación al tamaño de su cuerpo. Estaba compuesto por un hueso frontal proyectado hacia delante y contaba con una pequeña cresta sagital similar a la tienen los gorilas macho que habitan en la actualidad.
El Homo habilis tenía un cráneo de forma redondeada y un tanto mayor que el del australopithecus. El hueso occipital se alojaba más al centro, y su rostro era menos pronunciado, aunque su cara era más corta y contaba con una mandíbula de gran tamaño.
Con un gran cráneo (casi el doble de grande que el de su antepasado), el Homo erectus poseía una cara corta y muy ancha; el tamaño de la frente era más reducido, pero el hueso de las cejas (borde supraorbitario) era más elevado.
En relación al Homo sapiens, su capacidad craneal era mucho mayor a la de sus antecesores; su mandíbula era pequeña y de forma más alargada.
Por último, el cráneo de Homo sapiens sapiens, que es el que posee el ser humano actual, se distingue por contar con bordes más redondeados y una frente más alta. Además, los huesos que forman la bóveda se ubican en una posición más elevada; y los huesos de la nariz, órbitas de los ojos y mentón están más marcados.
Clasificación según la raza o el origen
Dependiendo del origen y la raza, los cráneos de la especie humana, cuentan con una determinada serie de características que hicieron posible catalogarlos en tres principales grupos:
El cráneo europeo o caucásico es más estrecho y se caracteriza por presentar pómulos de tamaño moderado, y una cavidad ocular generalmente pequeña, orificios nasales de forma rectangular y dientes pequeños.
El cráneo africano posee una apariencia verticalmente alargada desde la frente hasta el mentón. En relación a las cavidades de los ojos, estas están más separadas entre ellas y tienen dimensiones más amplias, al igual que las fosas nasales, que resultan más notorias, producto de un puente o tabique nasal más ancho.
El asiático, por el contrario, posee una longitud menor, pero a su vez es más ancho. Cuenta con cavidades oculares hundidas y pequeñas, y las fosas nasales no poseen distinciones particulares. El único rasgo característico se halla en los pómulos, que son más pronunciados y cuyo ensanchamiento llega hasta los laterales craneales.
Clasificación según la formación genética
La medicina también ha establecido diferencias en el cráneo relacionadas con formaciones congénitas del ser humano y que dependen del tamaño del diámetro craneal.
La realización de diversos estudios métricos comparativos logró determinar la relación existente entre la anchura y la longitud de la cabeza, lo que dio como resultado un valor relativo con el que se pudo elaborar la correspondiente clasificación.
El cráneo dolicocefalico es aquel que presenta huesos parietales hundidos prematuramente. Esto genera una forma craneal alargada y estrecha, una condición que impide el apropiado crecimiento lateral del cráneo.
El cráneo branquicefalico que es el que sufre un estancamiento en el crecimiento longitudinal, es decir: que no puede expandirse de manera adecuada, lo que provoca que la parte posterior y superior luzca más plana y que la cabeza tome una forma más ancha y corta.
El cráneo mesocefálico es considerado como aquel que posee una medida normal, lo que indica que durante su desarrollo y crecimiento no ha padecido dilataciones o aplanamientos llamativos, como tampoco alargamientos. No se encuentran en él características que puedan indicar anomalías.
Sin embargo, en relación a esta última categoría es preciso destacar que no todas las variaciones o malformaciones craneales corresponden a la presentación de alguna patología particular, en muchos casos suceden como consecuencia de un traumatismo que provoca este tipo de cambios.