¿Qué es el Tálamo?
Dentro de las estructuras subcorticales del cerebro, el tálamo es un elemento esencial que incide en el correcto funcionamiento del sistema nervioso central y en el desarrollo de los distintos procesos mentales.
Anatómicamente se ubica en el centro del encéfalo, entre ambos hemisferios cerebrales, formando parte del diencéfalo y por encima del hipotálamo.
Composición del Tálamo
El tálamo lo compone un conjunto de tejidos neuronales agrupados que son, básicamente, de dos tipos: materia gris, donde predominan axones neuronales no recubiertos de mielina y materia blanca, tejidos donde destacan las fibras nerviosas y las neuronas protegidas por la mielina, la sustancia que acelera la transmisión del impulso nervioso.
Los tejidos del tálamo se agrupan creando dos estructuras ovaladas que se presentan separadas por la lámina medular que divide al tálamo en dos mitades aunque es una única estructura, porque ambas están conectadas entre sí por la comisura intertalámica, algo similar a lo que ocurre con los dos hemisferios cerebrales unidos por el cuerpo calloso.
En una persona adulta, el tálamo mide unos 3 cm. y su función básica en el organismo humano radica fundamentalmente en servir de nexo de unión entre el tronco encefálico, al que llegan las señales sensoriales y motoras a través de la médula espinal, y la corteza cerebral.
La estructura del tálamo
Para cumplir su función de ‘distribuidor’ de la información recibida, los tejidos que forman el tálamo están compuestos de dos tipos de células principales, por un lado las neuronas, las más abundantes y siempre conectadas entre sí, y, por otro, las células nerviosas gliales, esenciales para hacer llegar al tálamo los ‘inputs’ procedentes del exterior y también para el propio mantenimiento del tejido neuronal.
Todo ese conjunto de células están agrupadas de tal modo que originan una serie de núcleos a través de los cuales el tálamo establece las conexiones con los distintos lóbulos y áreas de la corteza cerebral. Los núcleos, a su vez, conforman grupos como: grupo anterior, medial, ventral o lateral. Teniendo en cuenta la función que cumple cada uno de ellos y el tipo de información que gestiona los núcleos talámicos se clasifican en:
- Núcleos de conexión específica. Se encargan de enviar la información recibida a áreas perfectamente definidas de la corteza cerebral donde se procesan funciones concretas: visión, audición, memoria, emociones, mecanismos del habla, función motora…
- Núcleos de conexión inespecífica. Su fin no es exactamente enviar impulsos con datos para ser procesados, sino mantener la propia conexión entre los lóbulos y entre las distintas áreas de la corteza cerebral. Además, se encargan de la conexión de los núcleos talámicos entre sí y también de la interrelación con otras regiones del sistema nervioso en su conjunto.
- Núcleos de asociación. Forman parte del circuito interno que permite el intercambio de información entre el córtex y las estructuras subcorticales como los ganglios basales.
- Núcleos límbicos. Aunque pueden considerarse como parte de los núcleos de asociación o de conexión inespecífica, están centrados en la regulación de la información que incide en el sistema límbico, aquella especialmente relacionada con las emociones y la memoria inmediata.
Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre el Tálamo.