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Huesos del cuerpo humano / Huesos del tórax

Huesos del tórax

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¿Qué son los huesos del tórax?

Los seres humanos estamos compuestos por huesos. Al nacer tenemos 300, pero estos se fusionan para tener unos 206 aproximadamente en la edad adulta. Cada uno de estos tiene un objetivo en la supervivencia de la especie y existe un conjunto que es sumamente importante: el tórax. Este es un conjunto de huesos que tiene la función de proteger los órganos, venas y músculos de mayor relevancia de los humanos. Se encuentra en una zona estratégica: entre el cuello y el diafragma. Se podría citar el corazón, los pulmones, algunas venas o la arteria aorta, y órganos inferiores como el hígado o los riñones, entre otros.

Composición del tórax

El tórax está compuesto por muchas clases de huesos. En primer lugar, nos centramos en las costillas, las cuales se dividen a su vez en tres tipos: costillas verdaderas (las que se unen a la columna y al esternón), las falsas (solo al esternón de una forma indirecta) y las flotantes (no tienen contacto). Estas crean una coraza que protege todo lo que hay en su interior de una forma física y directa. Tienen mucha fortaleza y aguantan grandes golpes.

Clavícula y el omóplato

También podemos encontrar la clavícula y el omóplato, elementos óseos que se encuentran en la parte superior del tórax. Estos cumplen una función bastante desconocida. Se tiende a pensar que únicamente protege, pero, por ejemplo, el omóplato permite una cierta agilidad del hombro. Asimismo, la función de la clavícula es la de mantener un equilibrio entre ambos hombros y, por consiguiente, que no se descuelguen los brazos.

Esternón

Finalmente, también encontramos el esternón, conocido como “hueso del pecho”. Este es plano y sirve de unión de las costillas. Está dividido en tres partes fundamentales: la parte superior es denominada “manubrio”; la intermedia, “cuerpo”; mientras que la inferior, la más pequeña, es el “apéndice xifoides”. Este hueso puede llegar a ser variable en lo que respecta a los humanos; no todos tienen las mismas proporciones.

Si analizamos este hueso en los diferentes animales vertebrados podríamos aprender muchas cuestiones de nuestra propia evolución. Mientras que hay animales como las serpientes que solo tienen costillas, las cuales no se unen con ningún hueso plano como el esternón, otros como las aves han evolucionado a tener un esternón más grande, unido a músculos y nervios que permiten el funcionamiento de las alas.

Articulaciones del tórax

Sin embargo, aunque se tiene a pensar que esta no tiene movilidad y que es una carcasa que nos protege, no es del todo cierto. El tórax tiene articulaciones que permiten una cierta movilidad en algunos de estos huesos. En el simple hecho de respirar la caja torácica, por ejemplo, se expande y se contrae para que tengamos una correcta inhalación. Y, para más inri, las dos últimas costillas (las flotantes, que para muchos nos tienen función) permite que el embarazo sea posible.

Deformidades del tórax

deformidades del torax

Finalmente, sería interesante estudiar los tipos de deformidades que encontramos con relación al tórax. En primer lugar, podemos analizar el tórax en quilla. En este caso, el esternón sale varios centímetros, creando una forma triangular. En realidad, esta malformación no tiene una repercusión real en la vida del ser humano. Pero sí que trae algunos trastornos psicológicos repercutidos por una mala imagen estética.

En segundo lugar, nos encontramos con el tórax en embudo, que es la malformación al contrario: en vez de salir unos centímetros, se introduce. Si la hendidura es mucha, la vida del paciente puede estar en peligro. No obstante, que haya uno de estos casos, por probabilidad, es bastante escaso. Con la evolución de la ciencia ambos casos tienen solución, por lo que dentro de lo posible podemos estar tranquilos.

Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre los huesos del tórax.