Sobre este artículo:

Tiroxina

tiroxina

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La Tiroxina

La glándula tiroides produce dos tipos de hormonas, la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). La función de estas hormonas es la de controlar la utilización de la grasas e hidratos de carbono, estabilizar la temperatura corporal, contener la frecuencia cardíaca y la regulación de la producción de proteínas. La tiroides también produce una hormona que ayuda a regular la cantidad de calcio en sangre (calcitonina).

Funciones de la tiroxina

La tiroxina se encarga de nivelar el metabolismo del ser humano. Se le denomina T4 porque la hormona está compuesta por cuatro moléculas de yodo. La tiroxina está regulada por el núcleo hipotálamo – hipófisis – tiroides. Para ello, el hipotálamo emite la hormona reguladora de la tiroides (TRH), y la hipófisis emite la hormona estimulante de la tiroides (TSH).

Enfermedades

Los datos revelan que las enfermedades tiroideas afectan a un 12 por ciento de la población y suelen englobar a más mujeres que a hombres. El sexo femenino es entre y cinco y ocho veces más propenso que los hombres a padecer este tipo dolencia.

A nivel general, las enfermedades tiroideas pueden tener como consecuencia problemas cardiovasculares, infertilidad u osteoporosis.

Los principales problemas vinculados a la tiroxina son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. El primero se produce cuando la glándula tiroides secreta más tiroxina de lo normal, mientras que el hipotiroidismo aparece cuando la tiroides emite menos tiroxina de lo habitual. En ambas situaciones se producirán problemas a nivel metabólico.

El método más rápido y sencillo para el diagnóstico es una análitica de sangre. Observando los niveles se realizará el dictamen. Un nivel bajo de tiroxina y alto de TSH indica que la tiroides es hipoactiva, es decir, el paciente padece hipotiroidismo. Si el resultado es inverso, es decir, altos niveles de tiroxina y pocas cantidades de TSH indica que la tiroides es hiperactiva. El paciente tendrá hipertioridismo.

Hipotiroidismo

Síntomas del hipotiroidismo

El hipotiroidismo (tiroides hipoactiva): Ante la insuficiente emisión de tiroxina, el nivel metabólico desciende. Esto provoca que el cuerpo no queme las grasas de manera correcta. El hipotiroidismo es el problema de tiroides más común y es probable que aparezca en mujeres embarazadas.

Una de las causas más comunes del hipotiroidismo es la enfermedad de Hashimoto. Se trata de un trastorno autoinmune, en el que el propio organismo ataca a las células de la glándula tiroides debilitando sus funciones y, por consiguiente, secretando menos tiroxina de lo habitual.

Ante esta situación, los síntomas que suelen aparecer en los pacientes es sentir frío de manera regular y ganar peso. Al no quemar tantas calorías, engordar resulta sencillo. Por otro lado, la sensación de fatiga también surge en pacientes con hipotiroidismo.

En un segundo plano, el hipotiroidismo puede ralentizar el ritmo cardíaco, aumenta el tamaño del bocio hasta notarse un bulto en el cuello, incrementa los niveles de colesterol en la sangre, puede acarrear depresión, cansancio y estreñimiento.

Tratamiento del hipotiroidismo

Normalmente, el tratamiento más habitual supone el uso diario de la hormona tiroidea sintética levotiroxina (Levothroid, Synthroid, entre otros). Es un medicamento oral que equilibra los niveles de tiroxina y alivia los síntomas provocados por el hipotiroidismo.

A los pocos días de iniciar el tratamiento comienzan a verse los primeros efectos. El fármaco disminuye progresivamente los niveles de colesterol y favorece la pérdida de peso.

En general la levotiroxina vía oral acompaña a los pacientes toda la vida. Los médicos suelen controlar los niveles de TSH anualmente.

La pastilla de levotiroxina suele tomarse una vez al día, a primera hora y con el estómago vacío.

Hipertiroidismo

hipertiroidismo

Síntomas del hipertiroidismo

El hipertiroidismo (tiroides hiperactiva): Se trata de la secreción de tiroxina por encima de los niveles habituales que genera síntomas contrarios a los señalados en el hipotiroidismo.

Los pacientes con hipertiroidismo pierden peso con facilidad, sufren un estado más nervioso prolongado, tienen dificultad para coger el sueño y sienten calor con asiduidad.

Hay varias razones por las que la glándula tiroides libera demasiada cantidad de T4. Este evento puede producirse por:

Tiroiditis: Inflamación de la glándula tiroides, en ocasiones después del embarazo, que puede producirse por enfermedades autoinmunes o razones desconocidas. La hinchazón del tiroides provoca exceso de almacenamiento de tiroxina que acaba entrando en el torrente sanguíneo.

Nódulos hiperactivos en la tiroides (adenoma tóxico, bocio tóxico multinodular o enfermedad de Pummer): Tienen lugar cuando uno o más adenomas de la tiroides secretan mucha tiroxina. El adenoma es una parte de la glándula tiroidea que ha crecido de manera independiente al resto de la glándula. Normalmente son protuberancias benignas.

Normalmente, el hipertiroidismo puede provocar varias dolencias o enfermedades en los pacientes. Una de las complicaciones más serias son los problemas cardiovasculares como la fibrilación auricular. Además, aumenta el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular o una insuficiencia cardíaca congestiva.

Por otra parte, el hipertiroidismo puede traer consigo osteoporosis (huesos de cristal), ya que el aumento de tiroxina impide que el organismo capte calcio para los huesos.

Una consecuencia concreta del hipertiroidismo es la llamada Enfermedad de Graves. Este trastorno desarrolla problemas en la vista que conlleva el enrojecimiento de los ojos, hinchazón de los mismos, sensibilidad a la luz y visión borrosa o doble. Si estos problemas no se tratan puede motivar la pérdida de visión.

Cualquier tipo de hipertiroidismo sin tratamiento puede degenerar una situación aguda llamada crisis tireotóxica que se caracteriza por deshidratación, taquicardia o arritmia cardiaca severa, insuficiencia cardiaca, obnubilación y afectación del estado de conciencia.

Tratamiento del hipertiroidismo

En un primer momento, el tratamiento de la enfermedad se aborda con farmacología vía oral. Medicamentos antitiroideos como el carbimazol, metimazol, propiltiouracilo deben mejorar la situación del paciente en un plazo que oscila entre los siete y los quince días.

Otra posibilidad es la ingesta de yodo radioactivo. En unas pastillas de yodo, la glándula tiroides regula la emisión de tiroxina de tal forma que puede llegar al punto de hipoactividad. El yodo desaparece en meses del cuerpo. Es posible que pasado un tiempo el paciente tenga que tomar otra serie de fármacos para volver a generar tiroxina en los niveles adecuados.

Si el paciente sufre la Enfermedad de Graves, se indica tomar este tipo de fármacos durante un tiempo prolongado (uno o dos años), y combinarlo con tiroxina (sintética). Así se evitaría el hipotiroidismo.

En el caso de que la paciente esté embarazada, está indicado la ingesta de medicamentos antitiroideos, si bien deben utilizarse aquellos que crucen en la menor medida posible la barrera feto-placentaria. En dicho caso, está contraindicado el uso de yodo radioactivo.

La cirugía del tiroides (tiroidectomía), es el caso más inusual. Puede tener lugar en el caso de embarazadas, enfermos que no quieran tomar los medicamentos antitiroideos, o pacientes que no quieran someterse al yodo radiactivo. La cirugía es delicada. El médico extirpa la mayor parte de la glándula tiroides, con el riesgo de dañar las cuerdas vocales o tocar las glándulas paratiroides (situadas junto al tiroides), que regulan el nivel de calcio en la sangre. Tras la intervención, el paciente tiene que tomar levotiroxina de por vida.

Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre la Tiroxina.