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¿Qué es la Calcitonina?
La calcitonina es una hormona producida por las células parafoliculares de la glándula tiroides cuya función consiste en regular los niveles de calcio que circulan en la sangre. Es una hormona peptídica lineal que consta de 32 aminoácidos que intervienen en la regulación del metabolismo de dicho mineral.
El calcio está presente en muchos alimentos de nuestro día a día como son los derivados lácteos (el queso, el yogur, la leche…), algunos frutos secos (almendras, avellanas, pistachos…), las sardinas en aceite u otros productos procedentes del mar (cigalas, langostinos, gambas, almejas, berberechos…).
Función de la Calcitonina
El 99 por ciento de su ingesta se almacena en los huesos y en los dientes y junto al potasio y al magnesio, es esencial para una buena circulación de la sangre. Además, participa en la absorción y secreción intestinal y en la liberación de hormonas.
Por ello, es importante para nuestra salud que la calcitonina nos ayude a regular los niveles de calcio en nuestro cuerpo, ya que un exceso o un defecto del mineral podría acarrear consecuencias graves para nuestro organismo.
La calcitonina actúa directamente sobre la actividad de los osteoclastos, que son unas células que se encuentran en los huesos y son las responsables de su desgaste. De esta manera, ayuda a prevenir enfermedades óseas como, por ejemplo, la osteoporosis (disminución de la masa ósea, aumento de las cavidades interiores y mayor fragilidad).
También disminuye la absorción del calcio en los intestinos para aumentar su depósito en los huesos e inhibe la reabsorción del mineral en los riñones para favorecer su expulsión mediante la orina.
Aunque puede variar en función de múltiples factores, se calcula que el umbral óptimo de calcitonina en los hombres se sitúa por debajo de 8,4 pg/ml, mientras que en las mujeres sería inferior a 5 pg/ml.
Enfermedades derivadas de la Calcitonina
Unos niveles de calcitonina en la sangre superiores a los indicados anteriormente pueden ser indicadores de problemas serios de salud, por lo que los médicos recomiendan realizar exámenes rutinarios para detectar a tiempo cualquier contingencia.
Los facultativos podrían utilizar estas pruebas para rastrear la existencia del carcinoma medular de la tiroides -y, en función de los resultados, observar, seguir y tratar la enfermedad- e investigar la hiperplasia de las células C -trastorno benigno que puede derivar en el cáncer medular de la tiroides-.
Los síntomas más frecuentes del cáncer medular de la tiroides son la aparición de un bulto o dolor en la parte anterior del cuello o de la garganta, ronquera y cambios frecuentes en el tono de la voz, dificultades para tragar o respirar con normalidad y una tos recurrente sin que medie ningún otro tipo de patología. Menos del 5% de los casos de cáncer de tiroides se deben a este tipo.
No obstante, los niveles de calcitonina también podrían aumentar en otra serie de graves enfermedades como la leucemia, problemas renales crónicos, cáncer de mama, próstata o pulmón, el Síndrome de Zollinger-Ellison, la picnodisostosis o la hipergastrinemia, entre otras.
Por otro lado y debido a su función reguladora, la calcitonina está presente en la composición de diversos medicamentos que se utilizan para tratar la osteoporosis, la enfermedad de Paget, la hipercalcemia, el dolor asociado a procesos metastásicos óseos o la distrofia simpática refleja.
En ocasiones se utiliza la miacalcina, un extracto derivado del salmón que es diez veces más potente que la calcitonina humana, realiza una acción de mayor duración y es potencialmente más alergénica. Estos medicamentos se introducen en el paciente a través de inyecciones intramusculares o subcutáneas o a través de un spray nasal, en ningún caso se ingieren vía oral porque la calcitonina se inactiva a nivel gástrico.
Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre la Calcitonina.