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Hemisferio izquierdo

El hemisferio izquierdo se encarga de las funciones como la capacidad de análisis, operaciones matemáticas, deducciones, la lectura o la escritura, entre otras.
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¿Qué es el hemisferio izquierdo?

De las dos mitades que constituyen el cerebro de los vertebrados, unidas y en conexión permanente gracias a la función que desempeña el cuerpo calloso, la izquierda es la predominante en la mayoría de seres humanos, de ahí que las personas diestras sean, en conjunto, más numerosas que las zurdas, en las que el hemisferio derecho es el predominante.

Ambos hemisferios están recubiertos por la corteza cerebral, el conjunto de tejidos neuronales encargados de recibir el impulso nervioso que desencadena los distintos procesos mentales. La corteza cerebral se estructura en diversos lóbulos en los que, además, se ubican áreas específicas con funciones concretas que difieren de un hemisferio a otro.

Aunque el cerebro trabaja como una única estructura, cada hemisferio posee áreas propias que se encargan de gestionar desde las emociones, hasta el movimiento o las distintas capacidades cognitivas. Se considera que si el hemisferio derecho es la parte emocional y ‘artística’ del cerebro, el izquierdo incluye las áreas más directamente relacionadas con el razonamiento y con el lenguaje humano.

Las funciones del hemisferio izquierdo

Dos son las áreas cerebrales específicas más importantes que se ubican en el hemisferio izquierdo determinando sus principales funcionalidades:

  • Área de Broca. En ella se encuentran las células y circuitos nerviosos que desencadenan el proceso mental que permite la formación de las palabras y la expresión de las mismas. Se encuentra en la parte inferior del lóbulo frontal izquierdo y está íntimamente ligada al área de Wernicke.
  • Área de Wernicke. Es el área principal para la comprensión del lenguaje y se ubica en el lóbulo temporal izquierdo, en la zona de la corteza cerebral donde tienen lugar los procesos auditivos.

Comprender lo que escuchamos o leemos y poder accionar el mecanismo motor que posibilita el habla son las dos funciones básicas que se encarga de poner en marcha y gestionar el hemisferio izquierdo, pero no son las únicas, ya que este hemisferio no es solo el ‘centro de la facultad de la expresión’ tal como lo definió el neurólogo británico John Hughlings en el siglo XIX, sino que, además, en él tienen lugar los procesos mentales más complejos relacionados con el pensamiento analítico y el razonamiento lógico además de encargarse de la coordinación motriz del lado derecho del cuerpo.

El habla, la escritura, el pensamiento matemático, la memoria a largo plazo, la lógica y en definitiva la capacidad de comprensión son funciones que dependen en gran medida de la actividad que tiene lugar en el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro.

Cómo funciona la parte izquierda del cerebro humano

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El procesamiento de la información que recibe el cerebro en su hemisferio izquierdo posee particularidades que lo diferencian del derecho. La parte izquierda, una vez recibido los distintos impulsos nerviosos que hacen llegar la información externa, funciona siguiendo una serie de directrices:

  • El hemisferio izquierdo pone en marcha el pensamiento analítico basado en la interconexión de datos (no emociones) de los que, además, saca conclusiones.
  • Sigue un pensamiento lineal, es decir, genera ideas encadenadas, que siguen un orden y llevan a una conclusión final.
  • Procesa símbolos y representaciones entre ellos el propio lenguaje escrito o los números y su significado.
  • Tiene capacidad de abstracción, lo que implica que puede analizar un fragmento de información y de ella sacar conclusiones globales.
  • La función verbal le permite describir, definir y nombrar objetos, pensamientos o emociones aportándoles significado.
  • La capacidad de discernir, de predecir o anticiparse ante determinadas situaciones o de planificar conductas son funciones analíticas que también tienen su origen en el hemisferio cerebral izquierdo.

Los posibles daños que puedan concentrarse en esta parte del cerebro suelen traducirse en distintos trastornos que afectan a la comunicación y a la comprensión como la afasia, la anomia (dificultad para nombrar objetos) o la prosopagnosia, la alteración que impide el reconocimiento facial de personas cercanas y conocidas.

Te dejamos un vídeo interactivo en el que se muestra información sobre el hemisferio izquierdo.